viernes, 28 de abril de 2017

Honzuki no Gekokujou 10



Pizarra: ¡Adquirida!

La parte más importante de la preparación para el invierno es el acopio de alimentos. A diferencia de Japón, no hay supermercados por aquí los cuales permanezcan abiertos todo el año. El clima invernal cierra los mercados de la ciudad, y no hay muchos vegetales que realmente puedas recolectar en el exterior. Así que, si no quieres morir de hambre, adquirir suficiente comida por adelantado es indispensable.
Y, por tanto, aquí estoy, sentada en un carro de segunda mano en medio de una enorme pila de cajas. Esta mañana me desperté rudamente, en oscuridad, mucho antes de que el amanecer comenzara a romper.

“Ahora, bien,” mi padre alegremente dijo, “¡hoy iremos a la aldea agrícola! ¿Están todos listos?”
No hay excusa para hacerlo.
Froté mis ojos por el sueño, preguntándome sobre qué demonios él está hablando. Le fruncí el ceño, pero tanto mi madre como Tory están radiantemente felices. ¿Qué debo hacer? Todo lo que puedo hacer es seguir la conversación.
“Pensado en ello, Maine” mi madre dijo, moviendo sus manos. “Tú estabas enferma cuando hablábamos sobre esto antes, así que podrías no haber oído sobre esto.”
Mi padre y Tory asintieron en consentimiento. Una vez más, me habían dejado fuera de una discusión familiar. Esto no me divierte en absoluto. Intenté mirarles de manera malhumorada, pero ellos ya habían comenzado a moverse rápidamente mientras se preparaban para marcharse.
“¡De cualquier modo, asegúrate de que abrigarte bien Maine!” ella dijo mientras recogía algunas cajas.” ¡Estabas realmente enferma el año pasado!”
No hay forma de que ellos me permitan cuidar de mí misma todo el día, así que no tuve más remedio que seguirle silenciosamente mientras ella se abría paso bajando las escaleras.
... Sin embargo, ¿por qué vamos a una aldea agrícola, de todos modos?
Había esperado caminar con mi propia fuerza para trabajar en la construcción de algo más de fuerza, pero mi padre, frustrado por lo lenta que era, me recogió y me puso en el carro. Ahora, estoy montada entre una variedad de barriles, botellas vacías, pilas de tela, paquetes de cuerda, bolsas de sal, y todas las demás cosas que parece que necesitamos en orden de ir a visitar una aldea agrícola.
…¿Hmm? Tal vez, desde que estoy en este carro, ¿soy el equipaje más inútil en este viaje?
No tengo mucho espacio aquí arriba, así que me hago lo más pequeña que puedo y me acomodo. En el frente, mi padre está atado al carro, tirando hacia adelante mientras mi madre y Tory lo empujan desde atrás. Se está volviendo realmente obvio que sólo soy un peso extra en este viaje, lo cual es un poco deprimente.
“Hey, Mami”, le digo, “¿Por qué vamos a una aldea?”
“No hay muchos lugares donde podemos ir en la ciudad a ahumar nuestra carne, ¿sabes?”, ella dice. “Así que, vamos a la aldea más cercano y pedimos prestada una de sus chozas para ahumar.”
“¿Ahumar carne? Oh sí, fuimos a comprar un montón de carne el otro día.”
Ya la hemos salado, guardado en salmuera, e hicimos todo tipo de cosas para conservar esa carne, ¿pero incluso aún hay más cosas que hacer? ¿Este proceso es un poco demasiado molesto? ¿Está bien la carne todavía?
Como cuento los días desde que compramos la carne con mis dedos, me vuelvo más y más ansiosa. Mi madre me mira, sorprendida.
“¿De qué estás hablando? Hoy es el día de sacrificios de cerdos, ¿sabes? Vamos a comprar dos cerdos, luego ayudaremos a todos distribuyendo el trabajo y a continuación compartiremos los resultados.”
“¿Uh?”
Mis oídos instantáneamente rechazan las palabras de mi madre. En la fracción de un segundo que toma a los sonidos llegar a mi cerebro, un escalofrío comienza a correr por mi columna vertebral.
“¡¿D... D-d-d... día de sacrificio de cerdos?!”
“Es un día en el cual nos reunimos con nuestros vecinos, para  matar y trozar unos cuantos cerdos, salar y ahumar la carne, y hacer cosas como tocino, estofado ​​y salchichas. Maine... oh, es verdad, el año pasado te quedaste en el carro porque tenías mucha febril.”
Si es posible, también me gustaría tener fiebre este año. Si puedo hacer eso, entonces al menos podría ser capaz de proteger mis ojos de tan sombría exhibición.
“Mami, ¿no compramos un montón de carne en el mercado el otro día...?”
“No hay modo de que esa cantidad de carne dure todo el invierno, ¿sabes? Compramos eso para complementar la carne que vamos a obtener del sacrificio de cerdos hoy, ya sabes que esta no será suficiente por sí misma, ¿verdad?”
Pensé que habíamos comprado una enorme cantidad de carne, pero ni siquiera había considerado la posibilidad de que aquello que compramos era sólo para complementar nuestras reservas. No tengo ni idea sobre qué cantidad de carne es verdaderamente necesaria cuando uno se prepara para el invierno.
Parece que no puede salvarme de ser arrastrada al día de sacrificio de cerdos, por lo que una ola de depresión inunda mi corazón. En cambio, Tory lleva su más grande sonrisa mientras empuja el carro hacia adelante.
“¡Va a ser divertido!”, dice. “Vamos a ayudar, y luego vamos a comer salchichas recién hechas. Esta es tu primera vez ayudando, pero cuando quedas atrapada por el ruido y la emoción debido a lo que todo el mundo está haciendo, ¡se siente un poco como un mini festival! ¡Estoy emocionada de que estés ayudando este año!”
“¿Todos?” Pregunto, inclinando mi cabeza hacia un lado en confusión.
Mi madre me mira, como si me preguntara por qué estoy haciendo preguntas tan obvias. “El resto de los vecinos, ¿verdad? Matar un cerdo es una gran tarea, así que no es fácil hacerlo con menos de diez adultos, ¿sabes?”
Whoa, los vecinos, huh...
Hay muchos puntos en los recuerdos de Maine que son realmente vagos, así que no hay duda de que habrá muchas personas en ese lugar que me conozca incluso a pesar de que no tengo idea acerca de quiénes son. Mucho más problemático, sin embargo, es lo que hemos venido a hacer hoy: matar y trozar a un cerdo. Sólo recordar el espeluznante espectáculo del mercado el otro día envía escalofríos por mi columna vertebral.
“... No quiero ir,” les digo.
“¿Qué estás diciendo?” mi madre pregunta. “Si no vamos, no vamos a tener salchichas o tocino para el invierno, ¿sabes?”
Parece que no tengo permitido quejarme, desde que no tenemos suficiente comida para el invierno. Si no vamos, moriremos de hambre, por lo que no importa cuánto me queje, aun así estaré obligada a cooperar.
A medida que mi estado de ánimo se vuelve cada vez más sombrío, nuestro carro llega a la puerta sur de las murallas de la ciudad.
“Buenos días”, un soldado dice, uno de los subordinados de mi padre, que se encuentra de guardia en la puerta. “¿Oh? Señor, ¿usted llega tarde? Todos los demás ya han dejado las puertas hace mucho tiempo.”
“Si, lo se…”
De alguna manera, parece que nuestros vecinos ya han partido hace bastante tiempo.
“Que tenga un buen día, señor.”
El guardia de joven aspecto me sonríe y agita su mano mientras pasamos, yo también agito mi mano en respuesta. Ser amable es importante.
Esta es mi primera vez saliendo de la ciudad desde que me convertí en Maine, así que cuando el carro retumba en el corto túnel, pasando la puerta, jadeo repentinamente asombrada. Para ser honesta, ni siquiera había pensado que los ambientes dentro y fuera de las murallas de la ciudad pudieran ser tan diferentes.
“Whoa...”
En primer lugar, no hay casas. Las calles dentro de la ciudad están siempre tan llenas de personas y son claustrofóbicas, pero este camino se expande en una amplia carretera cuando sale de las puertas. En la distancia, puedo ver una aldea, con unas diez o quince edificaciones que lucen como puntos en el horizonte.
Además, el aire es fantástico. Al salir, el olor acumulado con la inmundicia humana se disipa en la nada, dejando sólo aire dulce y limpio en su lugar. No hay paredes aquí para atrapar aquel asqueroso aire.
En todas las partes hacia donde observo es verde, desde el verde claro de los ondulados campos en frente de mí hasta el verde oscuro de los altos árboles del bosque en la distancia. Todo es extraordinariamente tranquilo.
“Maine, cierra la boca antes de que te muerdas la lengua”, mi padre me advierte.
“¡¿Eh?!”
Inmediatamente después de que mi padre me dio esa advertencia, el carro se sacude fuertemente hacia un lado, a continuación comienza a rebotar y sacudirse aún peor de cómo lo estaba hace un momento. Hemos dejado atrás los caminos adoquinados de la ciudad, y el camino por delante está lleno de tierra sin pavimentar. El equipaje se sacude como si pudiese salir del carro, pero, afortunadamente, las cuerdas atadas a su alrededor lo mantienen en su lugar. Yo, sin embargo, no tengo tal seguridad.
En un día soleado, harías ruido sobre dura y desigual arcilla. En un día lluvioso, tendrías que trabajar duro a través del barro mohoso y empapado. ¡Estos caminos son los peores! ¡Viertan un poco de asfalto!
Incapaces de escapar a través de mi boca fuertemente cerrada, mis objeciones rebotan en mi cabeza salvajemente. Me aferro, desesperadamente, a un lado del carro, tratando de no caer.
“Ya casi llegamos”, mi padre dice.
Quince minutos después de que dejamos las puertas de la ciudad, hemos arribado a la entrada de la aldea agrícola. La aldea es bulliciosa, con un sinnúmero de personas moviéndose por sus alrededores.
Sacrificar y trozar los cerdos es principalmente un trabajo de hombre. Sostener un cerdo de cien kilos, retenerlo, y levantarlo, todo eso requiere una gran cantidad de fuerza. Mientras tanto, las mujeres se encargan de arreglar las chozas ara ahumar, obtener enormes cantidades de agua lista para hervir, asegurar que todas las herramientas y la sal están listas, y hacer cualquier otra de las tareas de la preparación general.
Tal parece que la matanza había comenzado justo antes de que finalmente arribáramos. Por supuesto, si no estás aquí para ayudar, no consigues nada de carne.
“¡Oh, no!” mi padre exclamó ¡ya han empezado!”
“No es bueno”, mi madre dice. “¡Tory, date prisa!”
“¡Sí!”
Los tres salieron del carro y a continuación sacaron delantales hechos con algún tipo de material grueso y pesado que lucía como si estuviese cubierto de cera. Mi madre y Tory corren hacia las chozas para ahumar, donde ya se habían reunido unas cuantas mujeres, poniéndose sus delantales mientras corrían. Mi padre ata su delantal con seguridad, coge la lanza que él utiliza para trabajar desde la parte trasera del carro y a continuación se dirige rápidamente hacia la plaza de la aldea.
¡¡Eso fue rápido!!
En un abrir y cerrar de ojos, mi familia me abandonó antes de que tuviese tiempo de reaccionar. Podría seguir siendo capaz de correr detrás de mi madre, pero no tengo la menor idea de lo que se supone que debo hacer en una multitud tan grande, así que es natural que me sienta preocupada con esa idea. Desde que es un evento anual, tal parece que todo el mundo ya sabe lo que necesitan hacer debido a un conocimiento común. Denme el manual de instrucciones, por favor...
Dado que simplemente me metería en el camino si intentara ayudar, me quedaré aquí y vigilaré el carro hasta que alguien me llame. Me siento entre los restos del equipaje abandonado, mirando hacia el espacio, convenciéndome de que lo que estoy haciendo es una tarea importante.
Sin embargo, el terreno donde mi padre eligió dejar su equipaje está a plena vista desde la plaza de la aldea, donde están haciendo el sacrificio. Hay una pequeña distancia entre yo y la plaza, pero puedo oír claramente los gritos agonizantes de uno de los cerdos y ver claramente como frenéticamente intenta escapar.
Una cuerda ha sido atada a una estaca de madera fijada firmemente en la tierra. El otro extremo de la cuerda ya ha sido atado alrededor de la pata posterior derecha del cerdo. Los hombres lo persiguen por los alrededores de la estaca, intentando desesperadamente atraparlo y someterlo. Veo el destello de un familiar cabello rosa entre la multitud; Ralph y Lutz están indudablemente allí.
“¡Aquí voy!”, Mi padre grita, cargando como si estuviese en un campo de batalla con su lanza reparada. Él posiciona su lanza, luego con un grito poderoso, perfora el cerdo con un solo y fuerte golpe. El cerdo colapsa sobre el suelo por este golpe, convulsionándose en su agonía antes de caer finalmente.
Grito con horror mientras toda la sangre es drenada de mi rostro, pero las personas de la plaza empieza a animar a mi padre. Mi madre se apresura, cargando un contenedor de metal, similar a un balde, sobre un poste de madera algo largo. Otra mujer continúa, trayendo consigo una especie de cuenco grande.
No tengo la menor idea de lo que van a hacer, así que me inclino hacia adelante para conseguir una mejor vista. En el instante siguiente, la sangre repentinamente sale, y los delantales de algunas personas son manchados brillante rojo goteando. Al parecer, los preparativos para capturar la sangre acababan de finalizar, por lo que mi padre había removido la lanza y causado que la sangre empezara a salir de la herida. Por reflejo, levo y mantengo mi mano sobre mi boca y vuelvo a caer dentro del carro.
El cerdo es ocultado de mi vista detrás de la falda de la mujer con el cuenco, pero puedo ver cómo ella recoge las masivas cantidades de sangre en su cuenco, transfiriéndola al balde cada vez que consigue llenarlo. Este parece ser su trabajo cotidiano, por la forma en que ella se mueve. Mi madre, por otra parte, tiene su frente profundamente surcada mientras ella utiliza toda su fuerza debido de la fuerte agitación de la sangre cuando esta es vertida en el balde.
... Mi madre está muy asustada.
A continuación, el cerdo fue llevado hasta un árbol especialmente preparado y colgado, boca abajo, en una rama robusta. Toda la sangre que no había sido completamente drenada del cuerpo comienza a gotear hacia abajo.
Ahora, es hora de que la verdadera carnicería comience. Un hombre avanza, empuñando un grueso y pesado cuchillo de carnicero, y corta verticalmente el vientre del cerdo.
Eso es todo lo que puedo recordar. Cuando me despierto, ya no estoy en la aldea, sino que en alguna habitación hecha de piedra. A juzgar por lo que puedo ver del techo desde donde me encuentro ahora tendida, esta no es mi casa. Parpadeo para limpiar mis ojos, entonces repentinamente recuerdo lo que estaba viendo justo antes de desmayarme. Me siento terrible, de repente.
Es extraño, sin embargo. No puedo sacudir la sensación de que ya había visto algo así antes.
¿Qué podría haber sido? Algo donde algo fue colgado, luego trinchado...
Parece que está en la punta de mi lengua, pero no puedo lograr la conexión. No creo que este sea uno de los recuerdos de Maine, pienso que este es uno de los míos. Creo que vi algo parecido a esto en Japón...
¡Oh, lo tengo! Fui a un mercado de pescado cerca del puerto en Ibaraki, ¡Y vi que ellos colgaban un enorme pez espada y lo rebanaban en partes! Ahora lo recuerdo claramente.
Ahora que pienso en ello, hay algunas similitudes entre sacrificar un cerdo y el show de limpieza de pescado en vivo. Hay ciertas cosas que realmente únicamente puedes comer cuando se encuentran realmente frescas, y puedo entender cómo todo el mundo parecía encontrar tan divertido ese espectáculo de ver.
Bueno, puedo entenderlo en teoría, pero personalmente no encuentro que es lo divertido. Por un lado, un atún no grita angustiosamente cuando los matas, y la sangre no escurre espesamente desde él. Urgh, realmente no me siento bien...
Cubro mi boca y ruedo hacia un lado, causando que cayese desde lo que sea estuviese duerma con un ruido sordo.
“Oww...”
Me levanto utilizando mis brazos para conseguir una mejor visión de mi entorno. Parece que había sido recostada en un pequeño banco de madera. Hay una chimenea cerca, con un fuego crujiendo dentro, por lo que no siento frío en absoluto. Sin embargo, no veo a nadie cerca, ni escucho voces.
... Entonces, ¿dónde estoy?
Mientras intento averiguar dónde exactamente me encuentro, un soldado mira dentro la habitación, atraído por el ruido que hice cuando caí.
“¡Oh! Estás despierta”, él dice.
“¿Sr. Otto?”
Suspiro aliviada, al ver un rostro familiar. Si Otto se encuentra aquí, en este edificio de piedra, entonces esta debe ser una de las salas de espera o el cuarto de servicio nocturno en las puertas de la ciudad. Ahora que sé dónde me encuentro, mi ansiedad comienza gradualmente a disiparse.
“Ah, ¿me recuerdas, entonces?”, él dice, mostrando alivio claramente en su cara. Desde que luzco como una pequeña niña, estoy seguro de que él estaba preocupado de que comenzaría a llorar si despertaba y veía a alguien a quien no conocía, y entonces él no sabría qué hacer.
“¡No lo olvidé!” Este hombre, después de todo, es una de las pocas personas cultas en este mundo, y el hombre que va a (espero) enseñarme a leer y escribir.
Doy mi mejor saludo de imitación, golpeando mi pecho con mi puño. Otto sonríe irónicamente, menea mi cabello en respuesta y comienza a explicar mi situación actual.
“El corporal te trajo aquí hace un momento atrás, él parecía realmente avergonzado. Al parecer, has colapsado en tu carro. Él dijo que vendría a recogerte tan pronto como haya terminado con lo que él necesita hacer en la aldea.”
No sé cuánto tiempo toma trozar un cerdo, pero incluso después de que ha sido trozado hay un montón de trabajo de procesamiento que hay que realizar, por lo que no creo que sea el tipo de cosa que vaya a terminar rápidamente.
... Ahora que pienso en ello, Tory dijo que iba a haber una cena hecha con carne realmente fresca, ¿no es así?
Tal parece que yo podría estar esperando aquí por bastante tiempo. Había traído los materiales para mi papiro falso conmigo en el carro, desde que no sabía si iba a estar esperando un rato en la aldea. Infortunadamente, no tengo nada de eso conmigo ahora.
“¿Qué sucede, Maine?”, Otto pregunta, “¿Estás solo porque tu mamá y tu papá no están aquí?”
“... No”, le digo, sacudiendo mi cabeza. “¿Solo me estoy preguntando qué debo hacer mientras espero?”
Dejé salir accidentalmente mis verdaderas intenciones. Otto me mira un poco y luego murmura algo sobre recordar que luzco un par de años más joven de lo que realmente soy.
“Tengo esta cosa, Maine,” él dice, tomado algo cerca de él. ¿Qué tal si matamos algo de tiempo con esto?
“Whoa! ¡Una pizarra!”
Otto me entrega la pizarra. Él debe haber conocido que definitivamente iría a través de las puertas hoy, así que él la habría traído con él para dármela. ¡Él es culto, es considerado, es amable, es demasiado increíble!
“Tengo que estar de guardia en la puerta hoy”, él dice, escribiendo el nombre Maine en la parte superior de la pizarra, “así que ¿Qué hay sobre practicar con esto?”
Me da un lápiz para la pizarra y una tela, a continuación él sale de la habitación. Lo veo salir agitando mi mano y con una sonrisa brillante, agarrando la pizarra firmemente hacia mi pecho. Cuando él cierra la puerta detrás de él, miro la pizarra.
Probablemente sea mejor describirla como una especie de mini-pizarra, casi del tamaño de una hoja de papel A4. Tiene una delgada superficie de piedra oscura, rodeado por un simple marco de madera. Tanto en la parte trasera como la frontal se puede escribir, y en uno de los lados, unas líneas delgadas se han pintado para ayudar en la práctica de la escritura recta.
El lápiz para pizarra es una herramienta para escribir en la pizarra. Es frio al tacto, duro, y parece estar hecho de algún tipo de piedra, pero me parece un pedazo largo y delgado de tiza. Esta tela ligeramente sucia parece ser lo que voy a usar en lugar de un borrador.
Las letras que Otto escribió en la parte superior de la pizarra se han teñido un poco, después de haber sostenido la pizarra contra mi camisa hace un rato.
“¡Whoa, mi corazón está corriendo!”
Coloqué la pizarra en la parte superior del escritorio y cogí la tiza. Tan pronto como la agarro como si fuera un lápiz, mi corazón empieza a palpitar en mis oídos.
En primer lugar, intento copiar las letras completamente desconocidas que Otto escribió en la parte superior para mí. La tensión mental de escribir estos nuevos caracteres por primera vez es casi demasiada, y mi escritura es vacilante y distorsionada. Si esto fuese Japón, el maestro pondría tutearme y me haría comenzar de nuevo. Sin embargo, parar ahora para borrar el tablero sería una pérdida de tiempo, y estoy muy feliz ahora mismo por finalmente ver letras nuevamente.
Me obligo a tomar lentas y profundas respiraciones, a continuación utilizo el paño para limpiar suavemente el lado izquierdo de la tabla. Escribo cuidadosamente otra línea, y esta vez es mucho mejor que antes.
Escribo mi nombre y lo borro, lo escribo y lo borro... Cuando me canso de eso, paso a escribir toda la poesía de haiku y tanka que puedo recordar en japonés, borrándola y escribiéndola, y borrándola. …
Ahhh, esto es la felicidad. Leer y escribir es una cosa tan alegre.
Puedes que estar un incendio, pero aun así una corriente fría se abrirá camino. Mientras esperaba durante las muchas horas que le tomó a mi familia venir a recogerme, jugando con la pizarra durante todo el tiempo, mi débil constitución me causó que tomara un resfriado vergonzosamente rápido, y mi fiebre regresó.
“Tu temperatura aún no ha bajado, así que quédate en la cama”, Tory me advierte. “¡No te levantes otra vez!”
“…Bien.”
Mis padres están corriendo dentro y fuera de la casa, cargando en un montón de verduras y embutiéndolos en la sala de preparación para el invierno. En la cocina, Tory ha estado hirviendo los frutos que recogió del bosque para hacer mermelada. Por primera vez desde que vine a este mundo, estoy oliendo cosas dulces, y la forma en que impregna la casa me hace ligeramente más feliz.
En medio de abastecer el alcohol y traer carne de cerdo, Tory había venido a traerme algo de sopa para el almuerzo. Puse mi pizarra a un lado y tome la bandeja.
“Lo siento, Tory” le digo.
“¡Lo digo en serio!”
“¿Oh? ¿Prometes no decirle a nadie?”
“¡No hago promesas así!”
Esto es, ella no hace promesas. ¿Qué es una promesa, de todos modos?
Mientras la familia se apresura, finalizando los preparativos para el próximo invierno, estoy atascada en mi cama, garabateando en la pizarra que Otto me dio. Practico escribir mi nombre o escribiendo cualquier frase en japonés que viene a mi mente, y así sucesivamente.
Realmente quiero un libro en el cual pueda grabar las cosas de forma permanente. ¡Si estoy tan feliz de poder escribir, seré incluso aún más feliz si soy capaz de leer un libro!
Tengo que mejorar pronto, para así poder trabajar en hacer mi papel.